Pensamientos obsesivos y su diferenciación con los pensamientos rumiativos

En primer lugar, hemos de diferenciar entre los pensamientos rumiativos y los pensamientos obsesivos.

Los pensamientos rumiativos son aquellos que tienden a introducirse en la mente de forma intrusiva y persistente generando preocupación durante períodos largos de tiempo. Se suele utilizar cuando decimos que “no paramos de darle vueltas a algo”. La temática suele ser negativa y aparece generalmente en momentos de. Estos pensamientos son muy comunes y todos los presentamos en algún momento de nuestra vida.

Los pensamientos obsesivos, que son aquellos que, aparecen de manera intrusiva, generando un alto nivel de ansiedad y malestar por llegar a pensar que pueden ser ciertos. Interfieren en la vida de la persona de manera significativa y, en ocasiones, surge la necesidad de neutralizarlos para que los niveles de ansiedad bajen.

Este tipo de pensamientos suelen sufrirlo las personas que padecen Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Estas conductas provocan comportamientos repetitivos que interfieren en las actividades de la vida diaria y provocan un potente sufrimiento emocional.

Pensamientos obsesivos

Tipos de pensamientos obsesivos y circunstancias en las que se dan

Pensamientos inevitables

Los pensamientos y las emociones son una parte muy importante a la vez que inevitable de la vida diaria. Inconscientemente estamos a lo largo del día sintiendo o pensando. Cuando aparecen los pensamientos obsesivos, el primer impulso que se tiene es querer detenerlos, lo que genera mayor sentimiento de malestar. Nuestro cerebro nunca deja de generar pensamientos, y al pretender controlar algo incontrolable, aparecen sentimientos de frustración, culpa y mayor nivel de ansiedad.

Obsesiones

Las obsesiones se definen como un pensamiento, impulso o imagen que suele ser recurrente y persistente. Se presentan en numerosas ocasiones durante el día y es prácticamente imposible hacer que desaparezcan. Las obsesiones interfieren en el día a día, consumen una gran cantidad de energía y de tiempo y producen estrés y ansiedad. Suelen tener una temática fija y suelen girar en torno a aquello que nos preocupa.

Momentos de estrés

Puede que los pensamientos obsesivos no estén siempre presentes en nuestra rutina. Pueden aparecer en momentos muy puntuales, por ejemplo, tras una discusión o cuando estamos preocupados por algo. Estos pensamientos se disparan cuando nos encontramos en situaciones complicadas. Pero también pueden aparecer en buenos momentos a los que no sabemos cómo enfrentarnos, como por ejemplo un nuevo trabajo, que puede provocar un miedo y una inseguridad que producen pensamientos que nos hagan cuestionarnos nuestro valor.

Los momentos de estrés nos producen sentimientos y emociones negativas que acompañan a este tipo de pensamiento.

Pensamientos inevitables

Sugerencias para controlar los pensamientos obsesivos

Parada del pensamiento

Es una de las técnicas más utilizadas desde una perspectiva cognitivo-conductual. Consiste en parar los pensamientos mediante una sola palabra. Se dice en voz alta o mentalmente de forma clara y segura, pasando después a visualizar una escena (la misma en todas las ocasiones) que produce tranquilidad y calma.

Sobrecarga paradójica

Esta técnica busca tener un tiempo específico para tener pensamientos obsesivos. Marcamos unos minutos al día en los que pensar precisamente lo que queremos evitar. Debe ser siempre el mismo período de tiempo cada día y en la misma franja horaria.

Relajación

Técnicas específicas como la respiración por medio del diafragma ayudan puntualmente, y el ejercicio, por ejemplo, ayuda a bajar el nivel de estrés medio.

¿Cómo gestionar los pensamientos obsesivos?

El primer paso es aceptar el pensamiento obsesivo. Es el más difícil, ya que supone tener que asumir la ansiedad que generan. Cada vez que se intenta eliminar un pensamiento obsesivo, éste se refuerza. Hay que aprender a observarlos, distanciarse y verlos como lo que realmente son, pensamientos y no acciones reales.

Las técnicas de relajación son otro punto clave que ayudará a gestionar la ansiedad que deriva de los pensamientos, de forma que cuando un pensamiento se apodere de la mente, puedas focalizar la atención en respirar y relajarte para que la ansiedad vaya rebajándose.

Tratar de no neutralizar el pensamiento obsesivo, pues esto, que a corto plazo genera liberación, solo prolongará y reforzará el problema, ya que cada vez se tolerará menos la ansiedad, aumentando así la probabilidad de que el pensamiento nos la genere.

Exponerse al pensamiento obsesivo (terapia de choque), ya que la ansiedad acabará por desaparecer.

  • Adoptar una actitud proactiva, salir del pensamiento obsesivo.
  • Identificar cual es el causante del malestar.
  • Salir a pasear o hacer ejercicio físico.
  • Hablar con algún ser querido, como un amigo o algún familiar

Escribir los pensamientos en un papel o el ordenador permite que organicemos y estructuremos nuestros pensamientos y ser conscientes del motivo de los pensamientos obsesivos.

Si los pensamientos obsesivos persisten y encontramos muchas dificultades a la hora de manejarlo, el asesoramiento psicológico puede permitir que optimicemos y aprendamos de los recursos de los que disponemos  y nos ayude a gestionarlos de mejor manera.